Regresamos a Polonia con algunos problemas: nuestra batería AGM no mantiene la carga y hay una pérdida en el tanque de LPG.
En el viaje de regreso de Alemania tenemos que buscar áreas para poder conectar la autocaravana a la electricidad. Además, hemos empezado a gastar las bombonas de Propano porque hay una pérdida en el tanque de LPG y lo tenemos inutilizado.
Estando en Alemaia nos surgen un par de problemas que tendremos que solucionar en breve.
Nuestra batería AGM dejó de mantener la carga así que decidimos pasar a Litio en vez de volver a invertir en AGM. Sin ambargo pretendo cambiar algunas partes de la instalación y no simplemente intercambiar una batería por otra así que por el momento salimos con la batería vieja buscando dónde enchufar la autocaravana un día sin otro.
Tenemos una pérdida en uno de los racores de salida del tanque de LPG. El tanque está lleno pero no tengo remplazo para esa pieza y no lo encuentro en las ferreterias convencionales.
Comenzamos a gastar las bombonas de Propano -llevamos dos de 11 kilos- que nos durarán entre 10 y 15 días con estas temperaturas. Ese es el tiempo que tenemos para llegar a Polonia más o menos porque aquí en Alemania no las vamos a poder cambiar o recargar.
La primera parada que hacemos en la Abadía de Hildegard y yo tenía las expectativas por las nubes porque estábamos en un emplazamiento extraordinario para por la mañana ver el Rhin y todos los pueblos y viñedos que hay a sus orillas. Lo que no me esperaba es que amaneciera con una niebla tan espesa que no dejaba ver nada.
Seguimos nuestro viaje buscando áreas en las que podamos conectar la autocaravana porque nuestra batería se descarga enseguida. Así paramos en Rodenheim, Burhaum y Ohrdruf.
Llevamos un ritmo de viaje muy tranquilo hasta que llegamos a Bautzen, una ciudad cerca de la frontera en la que aunque no tenemos dónde enchufar la autocaravana, nos quedamos porque desde fuera nos seduce muchísimo. Hemos pasado por aquí en otros viajes peor siempre de ruta y nunca hemos visitado la ciudad.
La fachada de la ciudad es preciosa con su castillo fortificado sobre una colina y rodeado por el río Spree.
Nos acercamos a pasear al centro que es precioso, muy tranquilo todo y resulta que veo indicaciones de carteles en dos idiomas: alemán, por supuesto, y sorbio. ¿Sor… qué? Sorbio. Casi un 10% de la población de Bautzen es sorbia y es muy curioso encontrar rasgos característicos y folclóricos en sus calles y plazas.
En Polonia nos espera el invierno. ¡Menudo cambio!
Cruzamos la frontera por las ciudades de Görlitz y Zgorzelec y lo que iba a ser una pequeña parada de unos días se nos complica por las averías que llevamos a cuestas.
